Diciembre es uno de mis meses favoritos, cargado de un significado especial: está lleno de rituales generosos que invitan a compartir, nos conecta con quienes más amamos y nos permite cerrar el año con gratitud y abrirnos con esperanza a lo que viene. Pero diciembre también puede convertirse en un torbellino financiero del cual puede ser un poquito difícil salir. Entre regalos, celebraciones, actividades familiares, gastos adelantados y emergencias que aparecen cuando menos lo esperamos, es fácil terminar gastando más de lo previsto. Y aunque en Perú muchas personas reciben un sueldo adicional por Navidad, ese ingreso extra no siempre alcanza para cubrir todo lo que diciembre trae consigo.
Si este año sentiste que “rompiste el chanchito” y gastaste más de lo que querías, no estás sola. Lo importante ahora es recuperar el equilibrio rápidamente y empezar el 2026 con un plan financiero que te haga sentir segura, tranquila y en control.
¿Por qué solemos gastar más de lo previsto en diciembre?
A veces pensamos que gastar de más es sinónimo de mala planificación, pero la realidad es mucho más humana. Diciembre suele venir con una mezcla de emociones, responsabilidades y urgencias que pueden mover cualquier presupuesto. Algunas razones totalmente válidas incluyen:
- Emergencias de último minuto. Una reparación en casa, un problema de salud o un gasto familiar inesperado puede aparecer justo cuando el año está cerrando.
- Un presupuesto que no estaba tan claro. Quizá sabías que venían gastos, pero no los calculaste con precisión. Es más común de lo que crees.
- Gastos adelantados. Matrículas, útiles o uniformes que se pagan antes de enero pueden desbalancear cualquier planificación. Si decidiste mudarte y debes pagar por adelantado algunos meses del nuevo depa… eso también genera un gasto adicional.
- Celebraciones y compromisos familiares. Regalos, cenas, viajes cortos o actividades con amigos, familia o hijos suelen sumar más de lo anticipado.
- El factor emocional. Diciembre nos invita a dar, compartir y celebrar. Y eso, aunque nos hace sentir literalmente como Papá o Mamá Noel, puede llevarnos a estirar el presupuesto más de lo previsto.
Reconocer estas razones sin culpa es el primer paso para recuperar el control.
¿Cómo financiamos esos gastos (y qué implican)?
Más allá de cuánto gastamos, es importante mirar cómo lo financiamos. Ahí es donde muchas veces se genera el verdadero desequilibrio.
Quizá te identifiques con alguno de estos escenarios:
- Uso excesivo de tarjetas de crédito.
“Compré los regalos con la tarjeta porque era más rápido… y ahora tengo varias cuotas encima.” Las tarjetas pueden ser aliadas, pero también pueden generar intereses altos si no se manejan con estrategia. - Uso de ahorros destinados a otro objetivo.
“Tenía un fondo para arreglar mi casa, pero lo usé para cubrir gastos de diciembre.” Esto no es un error: es una decisión. Pero sí requiere un plan para reponer ese ahorro. - Gasto completo del salario sin posibilidad de ahorro.
“Entre regalos, cenas y pagos escolares, diciembre se llevó todo mi sueldo.” Esto puede generar ansiedad en enero, especialmente si no hay un colchón financiero para los próximos meses.
Si te reconoces en alguno de estos ejemplos, no te preocupes. Respira profundo: lo importante es lo que viene ahora.
¿Qué puedo hacer para recuperarme rápido y empezar el 2026 con estabilidad?
Aquí viene la parte práctica: pasos concretos para reacomodar tus finanzas sin caer en una crisis.
Haz un diagnóstico honesto (y amable contigo misma) No se trata de juzgarte, sino de entender qué pasó. ¿Cuánto gastaste? ¿En qué? ¿Qué parte fue inevitable y cuál fue emocional? Este diagnóstico te dará claridad. En nuestro artículo Comienza bien el 2024 hablamos sobre la importancia de revisar el presupuesto y fortalecer los hábitos financieros para enfrentar tiempos inciertos.
Reorganiza tus prioridades para enero y febrero. Haz una lista de tus gastos esenciales y define cuáles pueden esperar. Quizá este mes no es el ideal para compras grandes o compromisos adicionales.
Reestructura tus gastos sin castigarte. Si diciembre te dejó con deudas o con menos ahorros, ajusta tu presupuesto temporalmente. No es un retroceso: es una estrategia. Como mencionamos en ¿Cómo salimos de una crisis financiera?, “comprender la causa subyacente es fundamental para encontrar la solución adecuada”. Esa misma lógica aplica aquí: entender qué te desbalanceó te ayudará a tomar mejores decisiones en enero.
Evita decisiones impulsivas en enero. Es tentador “compensar” el estrés de diciembre con compras pequeñas, pero esas compras se acumulan. Date un respiro financiero.
Crea un mini-plan de recuperación de 4 semanas. Tener un plan financiero annual es lo más recomendable para iniciar un nuevo año. Pero si aún no has tenido tiempo de hacerlo, puedes empezar con un pequeño plan para estabilizarte:
- Semana 1: Revisa tus gastos y define prioridades.
- Semana 2: Ajusta tu presupuesto y reduce gastos no esenciales.
- Semana 3: Revisa tus deudas y define un plan de pago.
- Semana 4: Repon tu fondo de emergencia (aunque sea con un monto pequeño).
Una vez que tengas tu plan de estabilización completo, puedes entonces dedicarte a elaborar tu plan financiero para el 2026.
Celebra los avances, aunque sean pequeños. Cada decisión financiera consciente es un paso hacia tu estabilidad. No subestimes el poder de los pequeños cambios.
¿Cómo evitar que diciembre se convierta en una crisis para el 2026?
Diciembre puede ser un mes intenso, pero no tiene por qué marcar tu año. Con claridad, intención y un plan sencillo, puedes empezar el 2026 con una sensación de control y seguridad.
Y recuerda que en Urma estamos para acompañarte en este camino. Ya sea previniendo una crisis o saliendo de una, siempre hay una ruta posible hacia la estabilidad financiera.
¡Feliz 2026! Que este nuevo año llegue con salud financiera y grandes oportunidades de crecimiento para ti y tu familia.
