En Perú —y en muchas economías similares— tener trabajo ya es motivo de agradecimiento. Lamentablemente la informalidad aún sigue siendo la norma, la gestión empresarial está enfocada en reducir y/o optimizar costos, y los aumentos salariales por inflación son prácticamente inexistentes. Ante este panorama, hablar de “bienestar financiero” podría parecer desatinado.
Pero es justamente en este tipo de entornos donde la educación financiera cobra más sentido. Cuando no es posible subir sueldos o ampliar beneficios, ayudar a colaboradoras y colaboradores a manejar mejor sus finanzas puede marcar una gran diferencia en su bienestar, productividad y estabilidad emocional.
📌Impacto real: cuando el estrés financiero se cuela al trabajo
No importa el nivel de ingresos o el país donde vivas, el estrés financiero no discrimina. Por ejemplo, según la Encuesta de Bienestar Financiero de PwC de 2023 en EE.UU., el 60% de los trabajadores está estresado por sus finanzas, incluso entre los que más ganan.
Este estrés se traduce en:
- Problemas para dormir, ansiedad, baja autoestima.
- Disminución de la productividad y aumento del presentismo (cuando el trabajador está en la oficina pero está pensando en sus problemas financieros).
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Desmotivación y mayor intención de renunciar.En el Perú, donde muchos colaboradores enfrentan deudas personales, ingresos variables y ausencia de redes de protección, el impacto de no saber manejar sus finanzas puede ser aún más crítico.
📌 Retener talento cuando no puedes ofrecer más sueldo
En un país donde la rotación laboral es alta y la competencia por talento calificado crece, las empresas necesitan otras formas de fidelizar a sus equipos. La educación financiera es una de ellas. Según el estudio de PwC en EE.UU.:
- El 73% de los empleados con estrés financiero cambiaría de empresa por una que le ofreciera apoyo en este tema.
- Solo el 28% de las empresas ofrece actualmente algún tipo de programa de bienestar financiero.
Es momento de priorizar y estar atentos a las necesidades formativas entre los colaboradores. En otras palabras: educar financieramente a tus colaboradores puede ayudar a retenerlos, incluso cuando no exista aumento de sueldo.
📌Mejores prácticas: ¿Cómo hacerlo?
Sabemos que las empresas en el Perú no tienen los mismos recursos que una multinacional en Nueva York. Pero sí pueden aplicar estas prácticas realistas y efectivas:
- Empezar simple, con lo que ya tienes. Usa canales internos para hablar de finanzas personales: chats, correos, pizarras, reuniones de equipo.Comparte cápsulas sencillas sobre ahorro, presupuesto, el correcto uso de las gratificaciones o cómo salir de deudas.
- Capacitar con lenguaje claro y sencillo. Nada de tecnicismos. Comparte lo que la gente necesita: cómo estirar el sueldo, cómo ahorrar en casa, cómo evitar endeudarse con la tarjeta, cómo evaluar una consolidación de deuda, etc.
- Aliarse con expertos o iniciativas externas. Organizaciones como Urma , universidades o programas públicos pueden ser grandes aliados. No tienes que hacerlo sola/o.
- Hacerlo práctico y aplicable. Ejercicios cortos, ejemplos reales, testimonios de colaboradores o tus propios testimonios. No se trata de teoría, sino de “cómo salgo del problema”.
- Reforzar que es parte del cuidado laboral. Si una empresa no puede pagar más, pero enseña a sus trabajadores cómo administrar mejor lo que ganan, ya está cuidando su bienestar financiero y emocional. En el Perú, aunque aún no es una práctica extendida, ya hay algunas empresas que están incluyendo módulos de finanzas personales en sus capacitaciones.
📌Propuesta para el futuro: invertir en educación, no solo en beneficios.
En un mercado donde los bonos son bajos, los beneficios limitados y el salario no siempre alcanza, la educación financiera es una forma real de empoderar al colaborador sin romper el presupuesto de la empresa. Annamaria Lusardi, investigadora de Stanford, indica que las finanzas personales no se refiere solamente al bienestar del individuo, sino también a la estabilidad financiera de un país . Y si esas decisiones individuales tienen tanto impacto, de manera colectiva en un país, ¿te imaginas cómo impactaría en tu empresa?
🎯 La educación financiera es una inversión de alto impacto y bajo costo en el Perú. No reemplaza un sueldo digno ni una política salarial justa, pero complementa y potencia lo que ya existe.
En URMA creemos que apostar por la educación financiera en el trabajo es una estrategia empresarial inteligente. Empoderar al colaborador o colaboradora para mejorar sus decisiones financieras es invertir tanto en su empoderamiento y bienestar individual como en el de la empresa para la que trabaja.
En Urma puedes encontrar ese aliado que necesitas!
